La rinitis es una inflamación de la mucosa nasal que puede ser provocada por diversas causas, incluyendo alérgenos (polen, ácaros del polvo, caspa de animales), irritantes ambientales (humo, contaminación), infecciones virales, y factores hormonales. También puede estar relacionada con el uso de ciertos medicamentos y cambios de temperatura o humedad.
Rinitis: Una enfermedad crónica
La rinitis es una enfermedad crónica que requiere un manejo constante y un autocuidado diligente. Su adecuado control es fundamental para mejorar la calidad de vida del paciente y prevenir complicaciones.
Estrategias de tratamiento médico
1. Antihistamínicos: Utilizados principalmente en la rinitis alérgica para reducir los síntomas como estornudos, picazón y secreción nasal.
2. Corticoides nasales: Son muy efectivos para reducir la inflamación y los síntomas nasales en rinitis alérgica y no alérgica.
3. Lavados nasales: El uso de soluciones salinas ayuda a limpiar las vías nasales de alérgenos e irritantes.
4. Immunoterapia: En casos de rinitis alérgica severa o cuando no se logra un buen control con otros tratamientos, la inmunoterapia puede ser una opción, ayudando a desensibilizar al paciente frente a alérgenos específicos.
5. Cirugía: Aunque no es un tratamiento específico para la rinitis, puede estar indicada en pacientes con hipertrofia de cornetes, lo que empeora la obstrucción nasal.
Estrategias de autocuidado
El autocuidado es esencial para manejar la rinitis de manera efectiva:
1. Control del ambiente:
• Convivencia con animales: Según la guía ARIA, se recomienda minimizar el contacto con animales a los que se sea alérgico y mantener a las mascotas fuera de la habitación donde se duerme.
• Alergias ambientales: Utilizar purificadores de aire, limpiar frecuentemente y evitar alfombras y cortinas que acumulen polvo.
2. Evitar sustancias nocivas:
• Tabaco y Vaper: Estos pueden irritar las vías respiratorias y agravar la rinitis.
• Cocaína: Actúa como vasoconstrictor y su uso frecuente puede causar atrofia de la mucosa nasal y daños graves como perforación del tabique septal y deformidades.
3. Evitar vasoconstrictores nasales: Los descongestionantes nasales proporcionan alivio temporal pero pueden agravar la rinitis si se usan en exceso, causando un efecto rebote y dependencia.
Comorbilidad entre asma y rinitis
Existe una alta comorbilidad entre la rinitis y el asma, con estudios que indican que entre el 40% y el 90% de los asmáticos también presentan síntomas de rinitis. Esta relación ha llevado al concepto de “vía aérea única”, donde un mal control de la rinitis puede afectar negativamente el manejo del asma, exacerbando sus síntomas y dificultando su control. Tratar adecuadamente la rinitis no solo mejora la calidad de vida en sí, sino que también contribuye al mejor control del asma .
Conclusión
La rinitis es una afección compleja que requiere un enfoque multidisciplinario y un fuerte compromiso por parte del paciente para seguir las recomendaciones de tratamiento y autocuidado. Evitar sustancias nocivas, controlar el ambiente y seguir una terapia médica adecuada son pasos fundamentales para mantener la rinitis bajo control y mejorar la calidad de vida.
